19 de enero de 2011

Radio...



Desde los antiguos parlantes electrodinámicos hasta los modernos de imán permanente fluyó la palabra, la música y la entretención. Compañía de solitarios, punto de encuentro familiar, en donde la imaginación era el terreno fertil que más tarde -en un futuro frío e incierto- serían el buen recaudo de horas felices.
Qué había adentro de estas mágicas maravillas que fueron el principio de una gran revolución en el mundo? Había que mirar por entre los orificios desde donde escapaba un calido olor a barniz, cera, madera caliente... edificios transparentes, de vidrio, encendidos con luces amarillas, anaranjadas. Especies de pequeñas ciudades repletas de músicos y personajes escondidos en esos espacios hechos al vacío. En algun momento alguien vencía el temor a cometer un asesinato. Entonces, el arma mortifera se undía en la ranura de un tornillo y se abría la puerta hacia la aventura de encontrar los personajes escondidos por ahí, entre elementos circulares, de colores, alambres y cables, y esas misteriosas contrucciones de vidrio iluminadas como oscuros edificios.
Moviamos la perilla del dial y adentro se movía un elemento repleto de chapitas metálicas semicirculares... "Aquí, Radio X transmitiendo desde el lugar de los hechos..." un centimetro más de piola que corria a lo largo: " Compre el nuevo Jabón Pin Pum...el jabón de las estrellas de cine...".... otro centimetro, otro angulo distinto en las chapitas moviles semicirculares y... "Este es el Radio Teatro de la tarde... con las mejores historias de amor del continente... protagizada por...".
Luego vinieron las pilas, la modernidad avanzava implacable... ya no se construirian más edificios de vidrio luminosos.
La radio dejó a su paso muchos adeptos, embriagados de conexiones con extrañas teorías. Mega Hertz, ciclos por segundo, teoria atómica, electrónica, física, química, micro faradios, ohms, watts, amperios, volt.... poesía, música y seres escondidos adentro de esas cajas misteriosas.